La resistencia al fuego es un elemento muy interesante para conocer el aguante de un elemento o una estructura en caso de incendio. Para averiguarlo debemos tener en cuenta elementos como la resistencia, la integridad y el aislamiento.
Es importante conocer que la resistencia al fuego está relacionada al uso de términos, como R o la capacidad de carga y cómo ésta se comporta en relación con el sellado de penetraciones y juntas lineales para proteger los elementos estructurales de la acción del fuego.
En ese sentido, la resistencia al fuego o capacidad portante, de elementos estructurales como pilares, vigas, muros de carga y otros que soportan carga, indica la durabilidad del material que repele o resiste, ante cierto tiempo a E o llama y sellado de gas caliente.
Los factores de la resistencia al fuego
El factor integridad, se refiere a la capacidad para soportar la exposición al fuego, de los elementos divisorios en una edificación como puertas, paredes, tabiques, techos, sin que se produzcan llamas, ni gases que generen una combustión de mayores proporciones, gracias a M o acción mecánica que evita que los elementos se desplomen en caso de incendio.
La manera de medir la integridad de una edificación, se calcula por la dimensión mínima en grietas o fisuras sin la aparición de llamas, ni fuego a pesar de que haya habido exposición durante el evento.
Por su parte, cuando se habla de aislamiento térmico (I), resistente al fuego, se está indicando que la temperatura del calor durante una combustión, es diferente en la superficie que se expone al fuego de manera directa, a la que cuenta con un tratamiento para que no entre en contacto directo con el calor.
Otro término que se usa para conocer la resistencia al fuego en una edificación o espacios cerrados, es estanqueidad al humo o smog, la cual se refiere a las estructuras que cuentan con un diseño y elementos como puertas con cierre automático o C, que evitan el paso de gases calientes y humos fríos, con acción cortafuego.