Los fuegos artificiales resultan imprescindibles para fechas señaladas. La gran cantidad de pólvora y explosiones pueden hacernos pensar que son peligrosos, pero, ¿lo son? el cuerpo de bomberos advierte en cada temporada sobre los riesgos de uso y llama a tomar precauciones como evitar su uso por menores de edad. Algo que se suma a los propios peligros habituales de la navidad.

Los peligros de los fuegos artificiales se presentan por su uso incorrecto, el cual causa tragedias para adultos, jóvenes y niños por la falta del cumplimiento de las instrucciones para la segura manipulación de ese tipo de dispositivos, fabricados con pólvora y otros elementos detonantes.

 

Los potenciales peligros de los fuegos artificiales

Entre las afirmaciones de los expertos en la extinción de incendios, los fuegos artificiales usados por niños se convierten en un potencial riesgo, por lo que deben ser manipulados por adultos responsables y hacer uso de solo productos de fuegos artificiales que se producen legalmente y que cumplen con los estándares de seguridad y calidad.

Es necesario leer las instrucciones y manejar datos de suma importancia, como que los fuegos artificiales aparentemente más inofensivos, como luces de bengala, son pirotécnicos que causan casi el 50% de las urgencias en las fechas festivas. Además, producen fuego en la maleza seca o basura.

Ningún fuego artificial debe introducirse en cilindro metálico, botella de vidrio o recipiente, pueden causar quemaduras en la piel y miembros superiores y daños en los sentidos de la vista, el oído o daños cerebrales por explosiones. Los animales y personas vulnerables pueden sufrir infartos y accidentes.

Los fuegos artificiales son más peligrosos cuando se usan cerca de autos y materiales inflamables como gasolina. Es necesario evitar encender el fuego artificial directamente en la mano, sus fabricantes sugieren mantener una distancia prudencial mientras se encienden.

En caso de que no funcione, lo mejor es descartarlo y contar con un balde de agua para sofocar el fuego que puede producirse en las manos, ropa y terrenos. Además, solo deben comprarse los que se van a usar, para evitar guardarlos en casa.