Los incendios tienen una cantidad de causas casi infinitas, entre ellas, causas provenientes de la naturaleza como una tormenta.

Sin lugar a dudas las tormentas son una de las principales causas de incendios en todo el mundo, especialmente en espacios abiertos, por generar un campo eléctrico sumamente amplio, con constantes descargas de energía, que son capaces de calcinar e incluso carbonizar casi cualquier material al contacto gracias a su elevada intensidad.

 

Las causas más habituales de incendios en tormentas eléctricas

Es importante mencionar que el riesgo de incendios por tormenta aumenta notablemente en España y el resto de Europa durante el verano, por las llamadas tormentas secas, las cuales son capaces de generar numerosos fenómenos eléctricos, sin necesidad de contar con una elevada concentración de humedad, al causar que el aire se convierta en un conductor eléctrico.

Por otro lado, este tipo de tormentas generalmente suelen presentar precipitaciones muy escasas, lo que suele elevar considerablemente la temperatura en los lugares más cercanos y aumentar el riesgo de incendios, así mismo este tipo de tormentas suele desarrollarse de una manera significativamente más rápida e impredecible.

Entre las causas más habituales de incendios forestales por tormentas, destacan los rayos latentes o durmientes, los cuales impactan en los árboles sin generar ningún efecto visible de manera inmediata, a causa de la reducida concentración de oxígeno en su interior, no obstante este fenómeno suele generar un proceso de combustión muy lento.

El riesgo generado por los rayos latentes o dormidos aumenta notablemente cuando el nivel de humedad presente en el árbol se reduce, o la temperatura del medio ambiente aumenta considerablemente, ya que la combustión puede aumentar hasta generar un incendio forestal en cuestión de segundos.

Es por este motivo que en ocasiones los incendios forestales comienzan de forma repentina hasta tres días después de una tormenta eléctrica. Esto dificulta notablemente su prevención así como también su control, ya que su causa principal resulta indetectable a simple vista, además suelen ocurrir en lugares aislados.