Este verano hemos vivido una gran ola de incendios forestales, por ello, queremos contaros las fases que pasan este tipo de fuegos desde su arranque hasta su extinción. Eso sí, la prevención siempre será lo más esencial porque, por mucho que combatamos los incendios, siempre tendrán tremendas consecuencias.
El fuego es para los expertos una reacción química de oxidación que se produce de manera rápida en materiales combustibles, con la confluencia de oxígeno, combustibles y calor.
Para que no se salga de control, se combate el calor para tratar evitar la destrucción de la naturaleza. Sin embargo, el oxígeno presente en el viento y materiales combustibles, complican su extinción, sobre todo por combustión rápida de maleza en zonas forestales.
Cuando se habla de un material combustible, se refiere a las sustancias que arden con mayor facilidad como madera, carbón, celulosa y otros en estado sólido, líquido o gaseoso. Un elemento comburente es el oxígeno o aire que activa la incandescencia o combustión y la energía de activación, es el calor que quema la zona del combustible.
Las distintas fases
Un incendio forestal tiene una etapa inicial donde es más viable su extinción, con medios convencionales y extintores. Pero, se desconoce su alcance y daño en caso de propagarse. Puede presentarse por rayos eléctricos y solares, mal manejo de materiales combustibles y falta de conciencia ambiental.
Las fases de un incendio forestal, inician en un conato o fuego incipiente que puede extinguirse rápidamente sin que pase a mayores. Pero, el calor a ritmo lento con el oxígeno, produce vapor de agua y gases como monóxido de carbono y bióxidos de carbono y azufre, los cuales generan gases y humo que calientan más el ambiente y avivan más el fuego, complicando la situación.
En la fase de combustión libre se presenta un fuego que consume gran parte de la zona forestal. El oxígeno empieza a disminuir y surgen gases dañinos por la presencia de más material combustible. En la fase de fuego latente, el fuego se desarrolla con llamas masivas con temperaturas que pueden superar los 300°C. La decadencia del incendio se alcanza cuando el fuego o combustión logra extinguirse.