Todos conocemos el peligro del fuego en sí, pero muchas personas no son conscientes de que el humo tiene una peligrosidad mucho mayor que las propias llamas.

El humo es un factor de alta peligrosidad y es necesario protegerse para evitar las consecuencias negativas de inhalar humo durante un incendio, es muy importante saber qué hacer durante un incendio, por ello en las edificaciones se debe contar con la señalización y los equipos adecuados para ayudar a las personas a saber qué hacer en caso de incendio. Eso sí, cabe recordar, como siempre, que la mayor seguridad nos la da la prevención.

Los bomberos usan equipo que evitan que inhalen humo durante su lucha contra las llamas y mientras socorren a las víctimas, para prevenir daños en su sistema respiratorio, conocen el peligro que representa la contaminación del aire.

 

Los componentes del humo pueden ser mortales

Un incendio puede generar toda clase de complicaciones respiratorias e infecciones, a veces más mortales que las quemaduras. El humo que surge de materiales en combustión, contiene una mezcla de monóxido de carbono formado por vapores, gases, carbono, hollín y otras partículas sólidas de más de 2.5 micras que obstruyen la nariz o la garganta y causa daños graves.

El monóxido de carbono impide la correcta oxigenación de la sangre y puede causar una intoxicación que obstruye los bronquios y puede ser mortal, si llega a los pulmones.

Durante el incendio es importante evitar la inhalación de gases tóxicos y de ser posible es importante cubrirse la nariz y la boca con tela húmeda para filtrar el aire. También, recomiendan salir del incendio gateando para no pasar por una concentración mayor de humo.

Expertos en neumología aseguran que a la toxicidad, se le suma la alta temperatura del humo que quema al sistema respiratorio. Explican que se debe oxigenar e hidratar al paciente cuanto antes y aplicar tratamientos profesionales para prevenir infecciones.

También, alertan que las personas que inhalan monóxido de carbono en un incendio, pueden presentar tos y fatiga a las 24 o 48 horas del incendio y lo más recomendable es no esperar hasta esas señales para acudir al médico.